¿Podríais contarnos cómo se fundó la entidad y cuál ha sido su recorrido a lo largo de estos años?
Fundación Harribide nace en Etxebarri en el año 2003 impulsada por la parroquia de San Antonio, los grupos de Tiempo Libre Kukuaren Taldeak y San Antonio Gaztedia y Fundación EDE. Nace con la vocación de complementar la labor de educación en el Tiempo Libre y la acción comunitaria que se venía haciendo en el barrio de San Antonio de Etxebarri. Los grupos de Tiempo Libre ya habían empezado a responder a necesidades y oportunidades que habían detectado en Etxebarri, con la puesta en marcha de una Ludoteka y un servicio de Apoyo Escolar. Ambos en colaboración estrecha con el Ayuntamiento. De esta experiencia se valoró que era adecuado generar una nueva entidad que diera cobertura a estos programas.
Con el tiempo, ha sido la herramienta de las entidades fundadoras para desarrollar otros proyectos y servicios en el pueblo. En los inicios las iniciativas estaban muy vinculadas a la intervención con infancia, adolescencia, familias… siendo las ludotekas, los gaztegunes y el servicio de apoyo escolar las primeras.
Una de las claves de trabajo ha sido y es siempre la mirada comunitaria y la colaboración con otros agentes del pueblo. Por esto, con la escuela, con el Ayuntamiento, con otras asociaciones y clubes, se ha ido reflexionando y gestionando diversas iniciativas.
Las entidades fundadoras han estado siempre con la mirada puesta en las necesidades sociales emergentes. Por esto, desde el año 2006, se empezó a trabajar con el colectivo de jóvenes extranjeros migrados, que en aquel momento empezaba a emerger en Bizkaia.
Con el tiempo hemos ido trabajando con otros colectivos y en diferentes ámbitos: inserción laboral, personas mayores, familias, género, medio ambiente, cultura…
Actualmente ¿cuáles son los proyectos que estáis desarrollando?
En el apartado de desarrollo comunitario local de Etxebarri con infancia, adolescencia, juventud y familia, estamos gestionando actualmente el programa de ludotecas para niños y niñas de 5 a 10 años, el programa “Tarrasta” de educación no formal para chicos y chicas de 10 a 12 años y el programa joven de Etxebarri “Talka” de educación no formal y dinamización juvenil para la población de entre 13 y 30 años. Durante el verano proponemos actividades de tiempo libre educativo para más de 800 familias con hijos e hijas de entre 2 y 20 años. Tenemos también “Guraso Topagunea” de apoyo a la crianza y la educación en la familia.
En el ámbito vinculado a la educación formal gestionamos el servicio municipal de Refuerzo Escolar, los programas Bidelaguna de apoyo educativo en la escuela y el IES, el apoyo al AMPA de la escuela, y diversos programas transversales en aula con la escuela y el IES.
Con personas mayores estamos dinamizando el proyecto “Partekatu” de activación y prevención, y un programa de acompañamientos para atender situaciones de primera dependencia y prevención de la soledad no desada.
Desde hace varios años llevamos la gestión del Bar del Poli de Etxebarri, con el objetivo de la dinamización comunitaria, la vinculación con clubes deportivos y la inserción laboral.
En el ámbito de la atención a la exclusión, gestionamos un proyecto de acogida y acompañamiento a personas migrantes. Dentro de este programa, trabajamos con el colectivo de personas jóvenes, y con familias con personas a cargo. Tenemos algunos recursos residenciales en diferentes municipios de Bizkaia, y varios programas para el acompañamiento y la atención a las diversas necesidades que se van planteando.
Mirando al futuro ¿cuáles son los principales retos que identificáis en el corto-medio plazo (5 años)?
Uno de ellos es adaptarnos a las nuevas necesidades sociales que van surgiendo y encontrar fórmulas para atenderlas. También saber adaptar los proyectos y servicios que llevan muchos años en marcha a las nuevas dinámicas, sabiendo deconstruir lo que ya no sirve para construir nuevas iniciativas.
En un tiempo en el que la educación en el Tiempo Libre, el voluntariado juvenil sostenido y la vocación de transformación social es cada vez más complicado de conseguir y mantener, encontrar fórmulas para que el “milagro” que son los grupos de tiempo libre de barrio, sigan siendo motor y cantera de mejora social.
A nivel de gestión, es un reto garantizar la sostenibilidad de los proyectos y de la entidad, sin perder de vista la misión.
¿Qué os aporta formar parte de Gizardatz/Hedatzen/Aisa?
Ser parte de Gizardatz nos da la oportunidad de hacer presente el trabajo de animación social y comunitaria, y el tiempo libre educativo, en el sector. Además nos posibilita generar sinergias y alianzas con otras entidades. De la misma manera que afrontar con un mejor acompañamiento y esfuerzo común los diferentes elementos de gestión que nos van surgiendo.