¿Podríais contarnos cómo se fundó la entidad y cuál ha sido su recorrido a lo largo de estos años?
La Asociación guipuzcoana de investigación y prevención del abuso de drogas surgió en 1980 a iniciativa de una serie de familias preocupadas ante la falta de recursos para hacer frente a un problema que ya tomaba un cariz preocupante y que estaba creando un clima de alarma social: el constante aumento del consumo de drogas, que entonces se limitaba prácticamente al consumo de heroína.
AGIPAD fue tomando forma en pocos meses. En el grupo fundador, hace ya 42 años, además de madres y padres de personas con problemas de drogodependencias, también había profesionales de la medicina, de la psicología…y muchas otras personas comprometidas, que realizaron un esfuerzo inmenso para que el proyecto fuera tomando forma. Para muchísimas personas, AGIPAD fue el primer lugar en el que pudieron hablar y recibir respuesta. Además desde el primer momento se tuvo claro que debería ser una atención profesionalizada, con una vocación de carácter público y que se integrara en la red asistencial sociosanitaria que se estaba gestando en aquel momento.
Actualmente ¿cuáles son los proyectos que estáis desarrollando?
Los programas y servicios que oferta AGIPAD en la actualidad son el resultado de aquellas primeras líneas de intervención, en el que se iba asentando la estructura profesional de la Asociación y se lleva a cabo un riguroso trabajo dentro de un ámbito en el que “todo estaba por hacer”. Ya en aquellos tiempos se comenzó a trabajar el ámbito de la prevención, se prestaba atención ambulatoria a las personas drogodependientes, se atendía también a sus familias…dos años más tarde se creó la Comunidad Terapéutica Haize-Gain, la más antigua en el País Vasco.
Durante todos estos años, todos los esfuerzos han estado orientados a mejorar sus programas y las prestaciones de sus servicios, adecuándolos a los tiempos y al perfil de las personas que presentan problemas de adicciones.
En nuestra sede central de Donostia, además de la Admisión-Valoración de todas las demandas que nos llegan, se desarrollan el Servicio de Tratamiento Ambulatorio, el tratamiento específico por consumos de alcohol, y el Servicio de Intervención Familiar.
El Servicio de Comunidad Terapéutica Haize-Gain lleva ya más de cuarenta años en funcionamiento y en 2007 inauguramos el Centro residencial Haurtxoak, para mujeres embarazadas en situaciones de exclusión social o con hijos/as de corta edad.
El Servicio de Investigación y Prevención de Agipad realiza acciones formativas y de asesoramiento, en coordinación con diferentes agentes sociales y entidades de Gipuzkoa.
También prestamos atención en el Centro Penitenciario de Martutene y contamos un programa de cumplimiento de medidas alternativas al internamiento en prisión.
ERDU se dirige a personas con problemas de adicciones y que presentan dificultades para adherirse a un tratamiento convencional: personas sin hogar, migrantes en exclusión social, mujeres en situaciones de alta vulnerabilidad…
Mirando al futuro ¿cuáles son los principales retos que identificáis en el corto-medio plazo (5 años)?
Esperamos contar con nuevos instrumentos que permitan mejorar tanto la gestión interna como la atención a nuestros/as usuarios/as, de manera que podamos responder desde todos los frentes a los problemas derivados del abuso de sustancias como de otro tipo de adicciones comportamentales.
Contamos con unas instalaciones renovadas hace pocos años, una plantilla estable de alrededor de 45 profesionales, servicios ya consolidados en el tiempo y programas específicos que han ido surgiendo en función de las necesidades de nuestras/os usuarios y por supuesto, con el apoyo y la financiación de distintas instituciones tanto públicas como privadas… El perfil de la población que atendemos ha ido cambiando enormemente a lo largo de estas cuatro décadas pero la adaptación a las nuevas realidades ha sido uno de los puntos fuertes de Agipad desde el mismo momento de su creación.
¿Qué os aporta formar parte de Hedatzen?
Formar parte de una red que integra a otras muchas entidades del tercer sector nos permite crear unos vínculos que se traducen en mejoras en nuestras coordinaciones y en la defensa de unos intereses comunes que promovemos desde nuestros respectivos ámbitos de intervención. También nos facilita en gran medida la interlocución con las distintas administraciones públicas vascas.